Volver a escribir

Cuando tenía 10 años…
… pasaba horas en mi habitación. En ese momento yo no era consciente, pero estaba intentando decidir qué quería ser de mayor. Comencé recortando los periódicos que mi padre compraba y creaba lo que pensaba que algún día sería el archivo de referencia sobre la historia del Real Madrid. Ambicioso que es uno.

Como con esa edad lo que te sobra es tiempo, no tardé en comenzar a escribir periódicos sobre lo que me rodeaba. Yo era todo. Maquetaba las páginas con mi regla, ilustraba las páginas con mis más que prescindibles dibujos y escribía las secciones en que, por aquel entonces, se trataban los temas más importantes para mi planeta. Lo tenía muy claro, iba a ser periodista.

Cuando tenía 18 años…
… me cambié de habitación (y de ciudad). Llegué a la universidad y continué escribiendo. Llegó Internet a mi vida y durante un tiempo mantuve tres blogs con un envidiable nivel de actualización. Escribía de Fórmula 1, de cine y de periodismo.

Sin embargo, lo más importante que me pasó mientras estudiaba fue la oportunidad de conocer alguna redacción, en especial la de «El Faro de Cartagena«. Allí aprendí lo poco que realmente sé de este mundillo. Dejé de lado el deporte y comencé en el universo del periodismo local. Estar cerca de la gente y contar sus historias. No entiendo como tardé tanto dar ese paso, nunca se me dieron bien los deportes. Esa redacción está ahora vacía, como tantas otras. Yo salté del barco cuando ya comenzaba a cobrarse mal -y tarde, muy tarde-.

No tardé en hacerme mayor de golpe. Fue el día en que me colocaron una beca gris, me dijeron que ya era periodista y que no hacía falta que volviera a la universidad al día siguiente. ¿Cómo? ¿Así sin más? ¿Y qué hago yo ahora los jueves por la noche?

Cuando tenía 22 años…
… me ofrecieron la oportunidad de pasarme al lado oscuro de la comunicación, el de la comunicación corporativa, y mudarme a Barcelona. Como toda tentación que se precie, dudé mucho en aceptar. Fue una decisión que me cambió, pero tan poco a poco que ni me di cuenta. Primero dejé de escribir de Fórmula 1. Después abandoné el mundo del cine. Sólo aguantó el periodismo, aunque a duras penas.

Ayer cumplí 27 años…
… y ya no paso tanto tiempo en mi habitación. Ahora centro mi día a día en la gestión de personal, la creación de nuevas líneas de negocio, la formación en el ámbito de las redes sociales y la planificación estratégica del uso de «lo digital» para organizaciones. Cosas que me gustan, me dan de comer y, encima, quedan bien en una tarjeta.

Veo la foto que mi madre tiene en el salón del día que me pusieron esa beca gris. Poco queda de aquello. Ya tiré aquel archivo de recortes de periódico que prometía ser enciclopédico en una de mis mudanzas. En mi última casa lo que se apilan ahora son los vinilos de la música que no puedo sacar de mi cabeza, las botellas de vino y ginebra (vacías) que han marcado los momentos que hay que recordar y más revistas y libros de los que me da tiempo a leer.

Ya no dedico el tiempo que dedicaba antes al deporte ni a la información local. Ahora paso más tiempo leyendo sobre gastronomía, vino y otros placeres. No sé si será reflexionando sobre estos temas, sobre lo poco que sé de la vida o las cuestiones que suelen tratarse en este pobre blog, que lleva años arrastrándose. Lo que sí sé es que quiero volver a escribir.

El fenómeno del GIF, las patatas fritas y los medios

Vivimos la nueva era del GIF. Ya lo dijo Tumblr, uno de los principales culpables de la vuelta de este «prehistórico» formato de imagen, el año 2012 fue el año del GIF. Y los medios no le han dado la espalda. Este fenómeno ha llegado a las redacciones, que utilizan este recurso especialmente en las coberturas de eventos en directo. Sin duda, si tuviese que mostrar mi favorito en estas artes, debo señalar a Buzzfeed, que desde los Grammy hasta los Oscar no ha dejado de emplear estas animaciones para contar las cosas a su manera. Más allá del chascarrillo, el uso de los GIFs no es algo exclusivo de «nuevos medios». The New York Times se ha animado con el tema, varias veces.

Hasta aquí, nada nuevo. Ya nos hemos acostumbrado a los gatitos moviéndose y a las alfombras rojas animadas. Pero hoy descubro en Poynter como en NPR se han lanzado a explicar la tecnificación del proceso de hacer y embolsar patatas fritas apoyados por GIFs.

¿Es esto una revolución en el mundo del contenido? De verdad, ¿alguien se lo ha llegado a plantear? Me preocuparía. En cualquier caso, no me digáis que no es hipnótico ver cómo embolsan patatas fritas de esta manera. Sin embargo, y más allá de la simpatía y la anécdota en torno a este formato, que tiene su puntual razón de ser, no nos volvamos locos. No hay tira de GIFs que pueda sustituir a un video bien realizado y una galería de fotos profesional. Pero claro, hacer esto, más allá de lo trendy, es más fácil (y barato).

En conclusión, GIFs sí, pero para algunos temas de actualidad concretos. Porque los GIFs no deben ser una alternativa al contenido multimedia de calidad.

The New York Times mira a las tabletas en su rediseño

El foco está en las tabletas. A juzgar por lo que vemos en la página que adelanta el primer paso del rediseño de The New York Times, la conclusión es clara. Se han basado en ellas para plantear una experiencia común a todas las pantallas. Un diseño que apuesta por la convergencia con su desarrollo en base a un diseño adaptativo (responsive web design). Un ejercicio de simplicidad que comienza por la vista de artículos y reportajes, que será la primera parte que cambiarán y cuyo aspecto han adelantado hoy.

Un diseño limpio, con un gran protagonismo de los elementos gráficos y multimedia, que comprime sus secciones y opciones en elementos desplegables y emergentes. Un foco en la experiencia de lectura, congregando en un segundo nivel los elementos de acción y navegación.

Mobile, too. Tablet focus
Una manera de seguir una estrategia de «mobile, too», con una fijación en las tabletas, que ya generan más tráfico que los móviles.

Una nueva «article experience» que me parece acertada, atractiva y bien organizada. Lo crucial será cuando den el siguiente paso y piensen en la experiencia integral de uso. En que tengan que afrontar el reto completo. Con la mente puesta en el cambio de USA Today, quizás el más grande acometido en estos últimos tiempos por uno de los grandes del periodismo tradicional, quiero ver lo que hace la Dama Gris. El de los primeros, pese a todo sus colores e innovaciones, no me convence. Espero mucho más de The New York Times.

A la espera del rediseño global
Apuesto por una solución en esa línea, pero más limpia, menos apabullante que la del USA Today. En cualquier caso, parece que tendremos que esperar. Primero van a ir abriendo este rediseño de la vista de artículo a un grupo de usuarios y seguir redefiniendo su rediseño en base al feedback que éstos le den.

¿Innovación? No mucha. Pero, realmente, ¿hace falta? Con respecto a su actual diseño es un gran cambio, sin duda, pero no trae nada que no hayamos visto en cientos de sites y aplicaciones. No llegan los primeros pero, a juzgar por lo poco que se puede ver de momento, parecen que van a llegar mucho mejor que bastantes de los que aún están pivotando para conseguir una experiencia multipantalla acertada y óptima. Estaremos esperando.

Más información
Site sobre el adelanto del rediseño
Blog sobre el rediseño
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Magpile y los locos por las revistas

Lo reconozco, cada día soy más de revistas. Me cansan los periódicos, sus fórmulas encorsetadas y su falta de disrupción. Su incapacidad para amoldarse a los nuevos hábitos de consumo. No lo tienen fácil, lo sé. Pero eso es otro tema. Hoy he venido a hablar sobre revistas. Impresas, sí. Hablo mucho de plataformas online, de medios digitales y de tabletas, pero el papel está vivo y tiene futuro. Eso tiene que quedar claro.

Oda a las revistas
Fanzines culturales, revistas de moda, de «estilos de vida», de deportes… Las devoro. Todas las que puedo. Como no lo había hecho nunca. Hablo de grupos de comunicación como SpainMedia que, capitaneado por Andrés Rodriguez, consigue un buen nivel en ediciones patrias de cabeceras históricas como Esquire; algo que se confirma con el anuncio de la llegada de la mítica Forbes a nuestro país de su mano. Hablo también de grupos de «locos» que han creado cosas como Jot Down, que está sacando del horno su segundo número, o como Panenka, que ya ha cumplido un año de vida. Hablo de mirar más allá de nuestras fronteras, donde encontramos cosas como Monocle, ese compendio de cultura, diseño, negocios, estilo, arquitectura, infraestructuras, viajes, mundo y vida -sí, yo la veo así- creado por Tyler Brûlé.

Las revistas se adecuan mucho más a mis hábitos de consumo de papel
Hay mucho más. Tanto que se me hace imposible llevar todas mis lecturas de revistas al día. Un trabajo pendiente del que disfruto los fines de semana de tiempo libre y sofá. Porque abogan por la profundidad, apuestan por el detalle y me hacen huir de la locura de la información del día a día, con la que ya lidio desde las pantallas. Todo es cuestión de reposo y perspectiva.

Las revistas como vía de salvación de los periódicos
No he venido aquí a hablar del futuro de los periódicos pero no me aguanto a dejar un apunte. Sólo propongo un papel que no compita con Internet, que utilice otros formatos y otras periodicidades y cuyo objetivo sea ser coleccionado. Una receta que ya explicó hace poco Nacho Escolar cuando anunció que, entre sus planes, estaba editar una versión en papel de eldiario.es. Entre el monográfico trimestral que él tiene en mente -lo que viene siendo una revista- al periódico diario hay muchos puntos intermedios. Hay espacio para probar, ¿por qué no intentarlo?

Magpile, la excusa elegida para hablar de revistas
Bueno, ¿y todo este post por qué viene motivado? Porque he descubierto Magpile. ¿Qué es? Una comunidad de amantes de las revistas. Un completo directorio que van construyendo sus usuarios. Perfiles de publicaciones de todo el mundo con cada uno de sus números. Críticas y opiniones… En definitiva, un recomendable paraíso para cualquier loco de estas publicaciones.

Verificación, credibilidad y periodismo deportivo

El periodismo no es perfecto, en ningún medio y en ninguna sección. Lo sé. Y ya si hablamos de las prisas por publicar noticias o la falta de verificación nos encontramos un panorama aun peor. En cualquier caso, este fenómeno de publicar primero y luego ya, si eso, verificar, me parece aún más preocupante en el periodismo deportivo. Tengo la sensación que los medios de este sector han entrado en una preocupante fase de todovalismo de la que nadie parece querer bajarse.

Un fallo en una noticia deportiva no hace daño
Hace un tiempo recuerdo estar en una mesa con una veintena de periodistas y sacar el tema. Más o menos todos estábamos de acuerdo en esto (pese a la lógica defensa de algún periodista deportivo, amigo y que, por suerte, era de lo poco bueno que había en ese momento en el sector). Todo iba adelante con normalidad hasta que alguien quiso romper una lanza en favor de estos fallos. «Es mucho más inofensivo un fallo o una noticia con poco fundamento real en un medio deportivo que en un medio económico o político», vino a decir esta persona. Un argumento lógico, sin duda, pero que no me parece lo suficientemente poderoso como para expedir una bula que les permita hacer lo que quieran.

Vamos a inventar fichajes, tralará
Este todovalismo vive su momento de máximo esplendor cuando hablamos de fichajes. «Oye que he oído cuando estaba en el entrenamiento a uno de los jardineros que estaría bien que el equipo fichase a tal jugador algún día para reforzar la delantera». «¡No jodas! Pongámoslo en portada». Y es que la expresión «Al equipo X le interesa Y jugador» y su compañera «Y quiere irse al X» son lo suficientemente abiertas como para que en algún punto de la realidad puedan sostenerse minimamente. Pero, me pregunto, ¿es un rumor/especulación/deseo de ese estilo una noticia? Si no va acompañado de nada más, no lo creo. Y menos mal que este verano está siendo tranquilo en cuanto a lo que fichajes se refiere y no hemos vivido las apoteósicas portadas de antaño. Cuando no se publica cualquier bulo sin confirmar se tira por tirar una piedra a un río a ver si hay agua o un algún dia ficharán a este, si no este año será el otro, y si no el otro

Ni ese año, ni el pasado, ni parece que este

Modric y su paseo fantasma por Madrid
¿Por qué escribo todo esto? Porque ayer tuvimos el enésimo capítulo dentro de esta ligereza de cascos del periodismo deportivo. Y es que algún cachondo alteró una fotografía de Modric, jugador al que supuestamente pretende el Real Madrid. El resultado fue una imagen del jugador paseando por una calle cualquiera en que se cambiaron las matrículas croatas de los coches por unas españolas. Una imagen que se comenzó a difundir por Twitter diciendo que habían visto al jugador en Madrid, cerca de la embajada de su país. ¿Qué hicieron en Marca? La lógica diría intentar ponerse en contacto con el jugador o con el club para confirmarlo o, como mínimo y ya haciendo las cosas mal, decir que es una información sin confirmar que han pescado por Twitter. La realidad dice que pusieron la noticia como si fuera suya, dándola por buena e, incluso, asegurando que el jugador no quiso hacer ninguna declaración. Eso sí, luego ya vienen los lamentos.

Los medios deportivos y la credibilidad
Y así llegamos al verdadero problema de todo esto. Lo preocupante ya no es que sea más o menos grave el daño que provocan informaciones de este estilo. Lo preocupante es que hemos asumido este comportamiento como algo habitual, lo que genera que la confianza en estos medios esté bajo mínimos. Creo que es urgente repensar qué estamos haciendo con este género y buscar nuevos modelos. Proyectos como Panenka ponen de manifiesto que es posible, pero aún nos queda mucho por hacer dentro de la información diaria. Mientras tanto, el periodismo deportivo de este país seguirá siendo la broma que es ahora.

Disclaimer: ¿Por qué está esto tan vacío?

He tenido un problema técnico que espero poder arreglar al volver de vacaciones para conseguir que los 6 años de contenido anterior vuelvan a su sitio. Mientras tanto, miremos al futuro.

El Huffington Post y la pistola en la sien

La noticia de la fecha definitiva en que la edición española del Huffington Post verá la luz (el próximo día 7 de junio) ha venido cargada de absurda polémica. Y es que, hoy, cuando Montserrat Dominguez, su directora, aparecía en la palestra de las IX Jornadas de Blogs y Medios de Granada, las preguntas no se han hecho esperar. La gente que la escuchaba, tanto en el familiar Patio del Hospital del Peregrino (en que me habría encantado estar) como a través del streaming, tenía ganas de saber más. Y saltó la ira twittera cuando se habló del blogging, que para Dominguez no es un trabajo, y lo que ha creado la polémica, el hecho de que la edición española de este medio no pagará a los bloggers que en ésta colaboren. Un anuncio carente de sorpresa, creo yo, pues no es muy diferente de lo que ha sucedido en su casa matriz, y por lo que ha sido denunciada (aunque sin éxito).

Los blogs y el trabajo
Ante todo, creo que Dominguez se ha equivocado al decir que el mantener un blog no es un trabajo. Para mi no lo es, pero conozco bastante gente para la que sí (aunque la mayoría sea como complemento a otro trabajo). El tener un blog es un trabajo y no es un trabajo. Depende de la persona y el caso.

Los blogs y el trabajo (remunerado)
Pero este hecho no ha sido el criticado, sino lo que le acompañaba, la noticia de que no se pagará a los bloggers que colaboren con este medio aún nonato. Sobre esto se ha escrito mucho, muchísimo. Ha escrito gente que sabe bastante más que yo, entre otra, gente a la que admiro y respeto. Lo que no entiendo es el problema que hay en ello. ¿Acaso obligan a alguien a escribir en él? ¿Engañan a algún blogger prometiéndole algo que luego no le dan? Hasta donde yo sé, a nadie le han puesto una pistola en la sien para obligarle a escribir en el Huffington Post.

Hasta el dinero y más allá
Hay vida más allá del dinero. En todos estos años he hecho muchas cosas por las que no he cobrado y las he hecho por una razón, me compensaban por otro lado. No creo que haya discusión más allá de eso. Creo que todos somos mayorcitos para saber lo que hacemos. Hablamos de posicionamiento, marca personal, simple ego o lo que sea. Dejémonos de tonterías y seamos realistas. Estar en el HuffPo no tiene por qué darte necesariamente la fama y el posicionamiento, pero seguro que ayuda más que teniéndolo en cualquier plataforma como WordPress o Blogger. Porque creo que la clave está en lo que ha señalado con acierto Ricardo Galli: ¿cuánto ganamos por escribir en Twitter? Los usuarios y nuestro contenido (entre el que incluyo nuestra información personal) somos la gasolina de tantas y tantas redes sociales. ¿Por qué no de un medio? Llega la hora de ser maduros y consecuentes, establecer unos objetivos y pensar cómo llegar a ellos. Si con un WordPress nos va bien, perfecto. El que necesite una plataforma diferente, como el HuffPo, adelante. ¿Ganarán dinero con él? Seguro. Sólo le queda a éste decidir si lo que gana él se compensa con lo que recibe a cambio. ¿Gana dinero Mark Zuckerberg con las horas que paso subiendo contenido en Facebook? Sin duda, pero mientras me de a cambio una plataforma con la que estar en contacto con la gente que está a mi alrededor, me parece perfecto. El día que no me compense, ya sé dónde tengo la puerta.

Los contenidos y el modelo del HuffPo made in Spain
De lo que hará este medio ya hablaré, especialmente cuando haga la inevitable comparación con ElDiario.es que llegará un poco después, en septiembre. Porque vamos a vivir lo que considero la segunda oleada de medios nativos digitales de peso de este país. Tras los experimentos del extinto Soitu y las horas bajas de La Información, toca mirar hacia delante y ver lo que nos puede dar la confrontación entre estos dos nuevos actores que aparecen en el panorama mediático. Sin embargo, me jode leer críticas feroces de algo que se puede intuir mucho por donde irá (todos conocemos lo que hace su versión madre) pero que no sabemos cómo quedará. Creo que criticar lo que va a hacer Dominguez y un grupo de periodistas, por el momento reducido, antes de verlo, no le hace un favor a nadie. Si cuando salga realmente no aporta nada y es un simple refrito de enlaces de poco valor, seré el primero en criticarlo. Toca esperar hasta el 7 de junio. A partir de ahí, hablaremos del gobierno.

Disclaimer: No digo nunca de este agua no beberé ni este cura no es mi padre, pero antes de que alguien pueda lanzar el comentario, adelanto que no estoy pensando en pedir estar dentro del agregador de blogs del Huffington Post. Considero que no tengo demasiado que contar que no cuenten otros mejor. Si a alguien le interesa, Montserrat Dominguez ha hecho un llamamiento abierto a todo aquel que pueda estar interesado en estar en él como blogger. Podéis escribir a mdominguez [a] huffingtonpost.es

La salvación del periodismo pasa por el pago (y por el periodismo)

Ya cansa el tema, pero en mitad de unos días movidos con la palabra ERE tan manida, no podemos dejar de hablar del futuro del periodismo. No ya del futuro del papel, que creo que es mucho más del que dicen, y del que hablaremos con calma. Del futuro del periodismo digital, que es en el que residen las esperanzas, pese a lo intangible (y poco rentable) que lo ven muchos aún a estas alturas.

Porque a todos nos preocupa el futuro y nadie tiene una respuesta. O eso parece. Al New York Times, vistos los últimos datos, no le salen mal los números tras la puesta en marcha de su paywall (aunque los datos deben mirarse en profundidad y en contexto).

La revolución del pago en el mercado digital
Y es que creo que el mercado necesita al pago y el periodismo aún más. La audiencia ha madurado y las plataformas y los formatos también. Hasta hace un algo más de un año, cuando planteabas el pago te hablaban de la experiencia de El País. Hasta hace unos meses, cuando defendías las experiencias internacionales exitosas en este sentido te decían que estos sistemas en España no funcionarían porque no estamos acostumbrados a pagar.

El foco en el contenido, no en el papel
Creo que llega el momento y espero ver pronto por aquí medidas similares. Porque los experimentos de Orbyt o KiosKo y más no están mal, pero siguen mirando demasiado al papel. Toca pensar en la rentabilización del contenido en general, fijándose un poco más en lo digital, eliminando así las barreras que seguimos creando entre papel y online. En sistemas transversales de pago por contenido que no basen su mensaje en trasladar el pago de los kioscos a las pantallas.

Si quieres que pague dame algo a cambio
Eso sí, y aquí viene lo mejor. No me pidas que pague si no me das el mejor contenido. Ya hablé de medios especializados y cosas por las que pago o pagaría. Hay que buscarle el valor al contenido de los medios generalistas y rentabilizarlo. Si el Financial Times triunfa con su app para tablets y móviles no es por el HTML5, es por un contenido (de nicho) de calidad.

La solución es el periodismo
La tecnología nos está permitiendo (y nos permitirá) hacer cosas de mucho valor con el periodismo, pero no es la que nos salvará. Llamémoslo paywall, aplicación de pago o una store de contenidos. Sea lo que sea, si triunfa, es porque el contenido periodístico que se compra es de calidad. Algo lógico en cualquier sector, pero que muchos pasan por alto en el de los contenidos (especialmente los periodísticos). Porque el pago es la vía, pero al periodismo sólo lo salvará el periodismo.

Foto: Dreaming Neverland

Fixmedia.org: La herramienta para hackear el periodismo

Mucho ha llovido desde que Dan Gillmor comenzase a predicar aquello de que «mis lectores saben mucho más que yo«. Años de hablar de periodismo ciudadano, participación, nuevos medios… Yo no sé cuál será el modelo perfecto para la supervivencia de los medios. Lo que sí sé es que faltan experimentos. Por ello, la aparición de Fixmedia.org, de la factoria Nxtmdia, me parece algo justo y necesario. Básicamente lo que proponen es una herramienta que permita a los usuarios marcar un los artículos de cualquier medio y llevarlos a un espacio en que se pueda completar la información (o corregirla, en el caso de que fuese necesario). De momento es sólo un proyecto que espera financiación (y al que cualquiera puede aportar un granito de arena a través de Goteo.org).

No sé si saldrá adelante (espero que lo haga), ni si será rentable, pero me parece que deberíamos tratar de apostar por microproyectos de este tipo llamados a hackear el periodismo (no me lo confundan con crackear). Si quieres crear un nuevo medio, piensa antes si realmente estás otorgando un valor diferencial. Si no, puedes dedicar mejor tu pasión y fuerzas a otras cosas, como hacer mejor lo que ya tenemos.

Suerte Pau, José y compañía.

Porque el contenido cuesta dinero hacerlo, tres «nuevos medios» por los que pago

Hace un rato leía la medida que han tomado en Politikon de poner un botón de donaciones y me ha dado por pensar: ¿por qué medios pagaría? La respuesta da para una larga serie de posts de lo que me gusta y lo que no me gusta, y como hoy no estoy para darle tantas vueltas a la cabeza, que uno ya tiene un trabajo, he reconstruido la pregunta: ¿por qué plataformas de contenido he pagado últimamente? Quería resaltar las 3 siguientes.

Politikon: sí, es un «simple» blog colaborativo, y muchos no lo consideraréis un «nuevo medio» pero, discusiones de formato a parte, yo lo considero uno de mis espacios de contenido de cabecera. Porque le dan un punto de vista diferente a la actualidad, porque tienen una posición crítica ante lo que pasa y, para qué negarlo, te hacen pensar. Por ello he sido de los primeros en realizarles una donación. No les sacaré de pobres con ello, pero creo que se merecen un reconocimiento a cambio de lo que me dan.

Panenka: sí, es una revista en papel, y muchos no lo consideraréis un «nuevo medio» pero tanto su filosofía como su constitución insuflan un aire nuevo en el sector que debe reconocerse. Llevan ya un tiempo dando guerra, desde su número 0, pero no ha sido hasta este, su número 2, cuando me he decidido a pedirla (y he tenido el momento). Suerte y ya contaré si es tan buena como promete.

Periodismo Humano: sí, esto ya no me podéis negar que es un nuevo medio. Porque creo que otra manera de ver la información es posible. Por leer un medio con una agenda diferente y echar una mano a un espacio poco sostenible (visto desde el punto de vista de los modelos del resto del panorama nacional y los hábitos en España). Porque creo que hacen una labor intensa, muy currada y necesaria.

Bonus track: pagaría por saciar mi sed de hedonismo, ocio, cocina y demás alimento espiritual que me diese una joint venture ecléctica (pero efectiva para mi) con Nada Importa (y su ArterEgo), Jenesaispop, Jot Down y El Comidista.

Mitad por reconocimiento, mitad por ayudar dentro de lo que pueda a proyectos en los que creo, viene este post, que espero ir continuando con otros proyectos interesantes que vaya descubriendo y que me interese compartir (e intentando ensalzar lo patrio). Y vosotros, ¿por qué contenidos pagaríais?

Las portadas del anuncio del fin de la violencia terrorista de ETA

Porque, entre matices y ‘portadas sábana’ de diferentes pareceres, hoy reina el final de la violencia terrorista de ETA en las portadas de los periódicos nacionales, en las digitales de los internacionales e, incluso, haciendo un poco de memoria, en las históricas. #AgurETA

Diario Vasco ETA

El Correo ETA

Deia ETA

GARA ETA

El País ETA

La Razón ETA

Público ETA

ABC ETA

La Gaceta ETA

El Mundo ETA

La Vanguardia ETA

El Periódico ETA