Muchos modelos periodísticos están sentenciados, sí, pero es justo ahora el momento de aprovecharnos de una oportunidad que se nos abre. Como bien dijo Toni Piqué en nuestro último encuentro, «La prensa diaria lo tiene fatal, pero hay que ser optimista. Esto no es el fin de todo, al revés, es el principio». Nos toca salvarlo porque nosotros hemos sido los principales causantes de esta situación. Pensemos. Quizás es que el periodismo no es rentable por sí sólo o tengamos que ir más allá y comenzar a pensar en el periodismo ONG o mirar ejemplos como el de Periodismo Humano. Aunque quizás no haya que ir hasta un extremo tan radical e idealista viendo esta semana como una revista como Yorokobu, que está ganando cada vez más popularidad por unos contenidos atractivos e ingeniosos ha decidido aumentar su tirada y buscar puntos de distribución para superar su actual sistema de suscripción.
Sea como sea, en el formato que sea y con el modelo que convenga, lo que hay que hacer para salvar esto es hacer periodismo, sin más. Ni las tabletas matarán al papel ni mucho menos serán las que nos salven. Como decía Carlos hace unos días: «Lo que necesita el periodismo es más @anapastor_tve y menos iPads». Y es que, la entrevista de Ana Pastor a Ahmadineyad ha marcado mucho, por desgracia. Nos llama la atención porque hemos llegado al punto de que nos extraña ver buen periodismo. La presentadora no hizo más que su trabajo bien, como muchos otros hacen cada día sin convertirse en protagonistas de su propia noticia.
Porque, en realidad, lo que necesitamos no es más periodistas como Ana Pastor, sino que el trabajo de profesionales así no sea una excepción que sirva como emblema sino la más común de las prácticas y cumplan su misión. Así, y sólo así, podremos comenzar a hablar de modelos viables con los que salvar al periodismo.
Este post se publica de manera simultánea en este blog y en el del BCN Media Lab, evento que promuevo junto a un buen grupo de amigos.