A este respecto, señor presidente del gobierno, dicho sea con todo el respeto y desde la leal amistad que le profeso, ruego explique a sus asesores que no hace falta asesinar la ortografía para ganar unas elecciones. Dejen pues de amedrentarnos con las zetas, y no confundan lexicográficamente al personal, ya bastante absorto ante el aluvión de nuevas palabras de bárbaro origen que inundan los medios de comunicación.
Juan Luis Cebrían en el discurso en la Real Academia que acabo de apuntar hablando sobre la campaña «con Z de Zapatero»