¿Aburrido de la rutina?¿Te gustaría cambiar de manera radical pero crees que no puedes? Second Life te ofrece respuesta a estas preguntas. Se trata de un universo virtual o metaverso (término acuñado por Neal Stephenson en su libro Snow Crash) en el que interactúan, a día de hoy, 902.643 usuarios representados por su correspondiente avatar, un personaje que funciona como un alter ego en el que volcar tus frustraciones, hacer lo que no puedes hacer en la vida real o, simplemente, representarte a ti mismo.
Esta idea no es nueva ni única, forma parte del género de «Massively Multimedia Online Game» tan expandido en la red en estos días.
Second Life podría definirse también como una especie de Los Sims (creados por Electronic Arts) pero con muchas más opciones. En este universo virtual se celebran cumpleaños, se ruedan películas o videoclips y se construyen ciudades, entre otras muchas posibilidades de relación entre los usuarios.Pero Second Life va más allá, es un negocio en toda regla. Para darte de alta te piden los datos de tu tarjeta de crédito, la cual podrás usar para todo tipo de actividades, como comprarte una isla o comerciar libremente con multitud de servicios o entretenimientos. Este comercio se ha desarrollado tanto que, según aparece en la publicación Wired, se dan casos de prostitución. Se desarrollen los negocios que se desarrollen, ésto pone de manifiesto el éxito de este rentable metaverso creado por Linden Lab.
Pese a toda la revolución que plantea este «juego«, los medios parecen darle la espalda excepto para alguna pequeña reseña o para publicar sus fallos de seguridad. Por ello son los foros, los blogs y las pequeñas publicaciones las plataformas para potenciar la difusión de esta «realidad alternativa». Pese a su falta de publicidad, el número de habitantes en Second Life crece día a día, lo que sustenta el mito de esta realidad, que, en palabras de Philip Rosedale, Chief Executive Officer de Second Life, no es un «juego», ya que ellos lo que tratan de «construir» es «un nuevo mundo, no un juego«.
Faltan referencias a lo que se pedía explícitamente en el blog de la asignatura, cómo están utilizando medios y empresas este nuevo entorno.
Nota OK