En tiempos de blogosfera, ser watchdog es fácil. Dejar lo malo a un lado y subrayar lo bueno que aparece en los medios es algo que no se estila, por lo que empresas como La buena prensa merecen una mención. La culpa es de Miguel Ángel Jimeno y Txema Díaz Dorronsoro.
La buena prensa nace para centrarse en la excelencia —en la planificación, en la información, en el aspecto visual, en la titulación…—. Una excelencia que, quitando algún destello o algún «¿has visto qué gran reportaje publica hoy tal periódico?», apenas tiene “salida” en el «mercado».
Vía| eCuaderno