Estoy con Jordi, como suele ser habitual. Hay que defender un estilo tan correcto como claro. Así comienza una oda a la escritura concisa, sin tapujos, que va directamente a golpear al que lo lee. Lo superfluo es de cobardes.
Estoy con Jordi, como suele ser habitual. Hay que defender un estilo tan correcto como claro. Así comienza una oda a la escritura concisa, sin tapujos, que va directamente a golpear al que lo lee. Lo superfluo es de cobardes.