Ya he hablado en otras ocasiones sobre los problemas de la universidad y otras tantas he leído textos sobre esta cuestión o sobre el trabajo del periodista recién licenciado, que es otra cuestión que me trae aquí. Y es que, tanto la universidad como el oficio del periodista necesitan un cambio.
Universidad
Está claro que algo falla. Comenzando por los alumnos, que muchas veces no nos damos cuenta del papel que juega la universidad en nuestra formación y que no ponemos ni el interés ni la atención que se necesita para aprender. También de los profesores, que no siempre ponen las ganas necesarias y que llegan a las aulas con mentalidad de funcionarios. Me han sobrado horas, muchas horas de clase. No es que los contenidos no fuesen interesantes, sino que el único esfuerzo que ponía el instructor residía en la redacción de los apuntes; una vez llegaba a las clases, bastante tenía con leerlos. Qué decir de los temarios. Cuestiones que se tratan de manera diferente en varias ocasiones y que, en el mejor de los casos aburren (y en el peor confunden).
Yo, desde mi perspectiva, veo una posible salida en una carrera más corta, con asignaturas interrelacionadas y que otorguen una sólida base periodística (y humanística). Tras eso, cursos de obligado cumplimiento para obtener el título y que permitan una especialización profunda que genere unos profesionales mejor preparados y que sepan un poco de todo y mucho de algunas cosas. A eso sumar un periodo de prácticas obligatorias en medios de diferente naturaleza y que permita al periodista conocer diferentes entornos de trabajo.
Trabajo
Pero de poco sirve todo esto si luego, al salir de la facultad, no se toma esta labor en serio. Comunicadores hay muchos. Algunos deciden entrar a formar parte del gabinete de una empresa en la que desatan todo su potencial. Pero ser periodista es otra cosa. Es realizar una labor social, es tener una seria convicción de que las cosas pueden cambiar, es trabajar por y para la gente. Para ello se necesita un contacto directo con los usuarios que consumen información, ya sea en el bar de la esquina del pueblo en el que desempeñas tu labor periodística en la radio local o con las nuevas herramientas tecnológicas que permiten una interacción entre periodista y ciudadano en los grandes medios generalistas. Una labor conjunta que nos haga olvidar ya el término del Periodismo Ciudadano, una etiqueta que terminará dejando de usarse, pues todo el periodismo será eso, colaboración, tal y como contaba el otro día en Elche Pau.
El periodismo necesita nuevos jefes. Que no traten a los trabajadores como esclavos y que les dejen realizar una labor diferente a la que hacen. ¿Cómo puede cambiar un chico con un contrato temporal y al que obligan a ir a dos ruedas de prensa, recoger cinco testimonios a pie de calle, hacer tres llamadas ir a ver al representante de una asociación vecinal/sindical/ecologista/similar antes de pasarse por la redacción a las 14:00 para ver qué tal van los temas? (de la tarde no hablo, bastante tiene con escribir la mitad de las cosas que ha cubierto). Libertad, imaginación, implicación… ¡Qué miedo! Sí, es diferente buscar los temas en la calle que te los den masticaditos en un comunicado, pero es que así es el periodismo, siempre que nos dejen hacerlo.
¿Y si no nos dejan hacerlo? Habrá que echarle valor y lanzarse a la piscina. Ahora no hay que comprar una imprenta. Vale con una conexión a Internet, unos cuantos ordenadores y, sobre todo, ganas de “ponerle cojones al asunto”.
Solución
Hay que darle un tortazo en la cara a los jefes y a todos los que mueven los grandes medios. Despertarlos de esos sueños de riqueza, esas nubes de beneficios y se den cuenta que el periodismo es una labor social e imprescindible. El golpe no tiene que ser física (aunque algunos la merezcan), tiene que ser a través del trabajo, mostrando a lo que se puede llegar a hacer si uno se decide a ejercer de periodista.
Algunos buscan consuelo diciendo eso de “esos puestos serán nuestros”. Una bonita y desafiante frase que, al menos a mí, no me consuela. Es como cuando un padre es hijo y dice eso de “cuando yo sea padre seré mucho más guay que el mío”; al final, nada cambia y sus hijos dirán lo mismo. Las cosas hay que cambiarlas ya. Desde donde podamos y como se pueda, buscando algunos cómplices que estén arriba, que alguno hay.
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Así, me uno a este manifiesto que inician Jaime, los amigos de Sin futuro y sin un duro y José. ¡No nos mires, únete!
Un manifiesto que debe definirse pero al que todo periodista, debería unirse:
Manifiesto @sinfuturo: Por la regeneración del Periodismo, aunque nos cueste la profesión, aunque nos cueste la vida
05:35 PM May 27, 2008 by @Jaime_estevez , @josedaze y @sinfuturo
Via Twitter
Hay que difundirlo más y que todo el mundo lo defienda. Todo comenzó con un Twitteo y esperemos que llegue mucho más lejos. Enhorabuena por la iniciativa a la que me he unido 😉
Nosotros somos los que estamos de enhorabuena por tu adhesión, Jesús. Mandemos todos, cuantas más mejor, propuestas para regenerar el periodismo a la cuenta de Twitter @manifiestosinfu
Vamos a por todas!
Muy bueno Jesús
Gracias Jaime y Victoriano por vuestros comentarios, esperemos que dentro de unos años este post tenga continuación y que sea más positiva.
Un saludo!
Algunas veces me paso por aquí, y el título refleja muy bien lo que pienso. Para mi el título es lo de menos (pero hay que tenerlo), pero quiero ser periodista. He acabado los tres primeros cursos de Publicidad en Tarragona (que son compartidos con periodismo) y en este ecuador, por decirlo de alguna manera, me estoy planteando todo esto. La verdad es que en la facultad mucho no he aprendido, sino con el trabajo del día a día. Me he pasado todos los fines de semana de los dos primeros cursos en una redacción, fotógrafa y redactora todo terreno yendo por pueblecitos y haciendo muchos kilómetros, y este tercero, prácticas en una radio y por las tardes (y hasta noches) en el periódico. Y lo que he aprendido aquí no se puede comparar con las clases en la facultad, sólo pensar en las de lengua española, parecidas a las que hacía en ESO… Creo que periodistas y futuros periodistas tendríamos que reflexionar mucho sobre la profesión. Claro está, siempre nos quedarán los blogs 🙂
Tú misma lo has explicado y ejemplificado mejor que nadie Esther.
No te voy a comentar nada de si saltar o no a Periodismo, pero veo que tienes la venilla periodística y que has disfrutado con lo que has hecho.
A ver si todos nos concienciamos y hacemos un mejor trabajo de comunicadores, en la rama que sea.
Un saludo y gracias por pasarte por aquí 😉