Interesante debate surgido con el artículo sobre la ‘Aristocracia bloguera’ de El País. Primero saltó Rosa J.C. . Tras ella, recogió el testigo David de Ugarte (que también se refirió a un post sobre el tema de Marcelino Madrigal) y ahora desde Intropía se lucha contra una sociedad de púlpitos. A ellos, como a otros muchos (entre los que me incluyo), no les gusta el rankismo ni los duques de la blogosfera.
¿No es Internet (y la blogosfera por extensión) un paradigma de la democratización y la igualdad? Para mí sí. La blogosfera es algo más que unos cuantos bloggers con títulos nobiliarios. Esta «elite» no es, ni siquiera, lo más importante de la blogocosa. Tal y como apunta David de Ugarte:
Hay una cosa que sabemos a buen seguro porque los ejemplos son cotidianos: un blogger de esos que no salen en los rankings puede hacer una propuesta, armar una red y cambiar el mundo.
Mientras el rankismo es cuestionado cada vez más por interesado e irrelevante, el poder de las redes se manifiesta como algo cada vez más cotidiano. Es tiempo de redes, no de vedettes blogsféricas.
P.D.: Muy relacionado con esta conclusión y aprovechando su reciente tour argentino, recomiendo la lectura de El poder de las redes (archivo PDF)