Práctica 10: El País se lava la cara

El pasado lunes 20 de noviembre se estrenó el nuevo rediseño de El País (aunque algunos lo conocieron de casualidad un par de días antes). El primer cambio lo tenemos en el nombre, que deja de ser El Pais.es y se convierte en .com, lo que según varios bloguers supone la apertura hacia el mercado hispanoamericano y un intento de afianzarse como periódico de referencia para todo el mundo de habla hispana.

Junto al cambio de cabecera, vemos una completa barra de menús horizontal que sustituye a la antigua barra vertical.

En cuanto al diseño puramente dicho observamos como se ha apuntado a la moda de los 1024 x 768 píxeles y se decanta por la verticalidad, con el fin de escapar de la conglomeración de información. El único rasgo que le diferencia en este aspecto es que a diferencia de los otros diarios que han adaptado este formato recientemente en España, El País aprovecha para centrar el contenido en la pantalla y no alinearlo a la izquierda, tal como apunta Ramón Salaverría que, por otro lado, critica el hecho de que las columnas no se acomoden al modelo de 800 píxeles, de manera que los que accedan al sitio desde una pantalla antigua se les verá cortada la segunda columna vertical. La verticalidad, que lleva a dejar un mayor número de espacio en blanco, supone, para muchos (entre los que me incluyo), un favor para la vista, mientras que otros se muestran disconformes ante el enorme número de scrolls que hay que realizar para ver la página entera.

También han experimentado una revolución multimedia. Antes ya disponía de archivos de audio, video y gráficos virtuales, sin embargo ahora los han hecho más visibles (no tras una pestañita en cada noticia y un espacio mínimo en la portada) a la vez que aumenta su cantidad. Asimismo, se podrá seguir accediendo a El País desde varias plataformas, continuando así la tónica ya existente y que se amplió incluso a la PSP. Además ha abierto su página a los enlaces externos a los que se resistía y que podemos encontrar junto a cada noticia agrupadas en un cuadro denominado «Las noticias en otros webs», asumiendo el hecho de que aunque te resistas a enlazar a fuentes externas, tu lector va ha continuar consultándolas.

Y siguiendo la tendencia reinante, no ha dejado pasar el tren del periodismo participativo en el que se ha subido de los últimos. Pretenden, de esta manera, abrir el periódico al lector a través de la sección Participa rompiendo la unidireccionalidad y fomentando la conversación con los usuarios, a la vez de darle la posibilidad de publicar un comentario junto a cada noticia, a imagen de 20 Minutos.es (del que también copia la idea de colocar junto a cada noticia el tiempo que hace desde que se actualizó, en lugar de colocar la hora), medidas que esperemos que no se queden en una falsa promesa de periodismo participativo más. En el diario gratuito ya se habían introducido anteriormente los blogs, que igualmente tienen cabida en este rediseño. Se pretende cuidar más la blogosfera con en secciones como «Blog de Bloggers» que pretende «dar a conocer a las bitácoras más interesantes de Internet». Han introducido además en las noticias los típicos botones «2.0» que ya ofrecen medios como el ya citado 20Minutos o La Vanguardia.es (pese a que se han olvidado de fresqui, como ya han apuntado). Esta parece ser que es la nueva apuesta de El País que se da cuenta que es en Internet donde se escribirá el periodismo del presente futuro.

Pese a la notable mejoría, Elpais.com presenta los típicos problemas del estreno. Sufrió fallos de acceso durante las primeras 48 horas y ha tenido bastantes problemas para visualizarse desde navegadores secundarios como Opera o Safari durante los primeros días. Todavía hoy, diez días después de su estreno podemos observar fallos en la página como éste, en el que aparece la figura de una tabla fantasma:

Se trata de un profundo rediseño que ha hecho dar a El País un nuevo paso en la carrera por el liderazgo de la información en internet que actualmente ostenta El Mundo pero que no supone nada nuevo. Son un cúmulo de ideas tomadas de diferentes medios (sobre todo de 20Minutos.es) entre las que se echa de menos algún elemento revolucionario y que no hubiese aparecido anteriormente. Pese a eso no le restemos importancia a esta revolución que esperemos tenga continuidad, y es que ya se sabe, renovarse o morir.