Hola. Me llamo Jesús Gordillo y nunca he ido a un blogtrip. Pero he sufrido muchos a través de las redes sociales. Y tú también, lo sé. Los blogtrips son una plaga a la que no hemos encontrado cura. Algo que amenaza nuestra tranquila existencia en redes sociales. Somos como Brad Pitt en World War Z, sustituyendo los zombies -o infectados- por influencers comiendo croquetas. Y digo blogtrips porque escribo este post un domingo. Si lo hiciese un miércoles a las 20:00, hablaría de canaperismo.

La gran mentira de los impactos
Cuando la empresa que paga la fiesta interroga al freelance o agencia de turno sobre la razón de ser de estos eventos, la respuesta suele ser la misma. Notoriedad. «Tendrás millones de impactos de tu marca en redes sociales». ¿Cómo se calculan? Si coges a 10 personas entre las cuales suman más de 100.000 seguidores en redes sociales y consigues que hagan unas 30 actualizaciones en ellas durante un fin de semana -y me quedo corto, porque hay casos extremos-, tu marca habrá conseguido más de 3 millones de impactos.

Sí, la euforia invade a cualquiera y puede sonar a poco el presupuesto necesario para poner esta acción en marcha. Pero pensemos que esas 10 personas compartirán muchos de estos miles de seguidores. O que ninguno de sus mensajes es visto por todos sus seguidores -ni de lejos-. Pongamos aquí un largo etcétera de puntualizaciones que podemos hacer a estos datos. Total, un negocio que suena muy bien pero cuyos números hay que saber interpretar.

Mamá, quiero ser influencer
Y hasta aquí sólo hemos hablado del mero carácter cuantitativo del invento. Un factor importantísimo pero que debemos cruzar con, entre otras cosas, la influencia de estos superusuarios de redes sociales. Estos influencers que sólo podemos comparar con un sabio renacentista o un tertuliano de hoy en día. Esa persona que este fin de semana está en tu blogtrip vitivinícola, el próximo está en uno en torno a la colombicultura y que, entre medias, ha ido a la presentación exclusiva de un nuevo smartphone y la apertura de una nueva hamburguesería. Seamos serios.

¿Qué capacidad real de influencia puede tener una persona cuya principal motivación para prescribir algo es una invitación? Poca. Quizás en algún terreno concreto la tenga, pero cuando entra en esta rueda promocional lo único que genera entre sus seguidores más inocentes es el deseo de ser cómo él. No está influenciando al usuario a que compre un determinado artículo o vaya a un determinado lugar a pasar sus próximas vacaciones. Sus seguidores sólo quieren que les inviten a ir a tantos sitios como va su idolatrado influencer.

Llegados a este punto vendrán las acusaciones en mi contra. «Mira éste que como no lo invitan a nada le ha dado por escribir una pataleta». «Todo esto no es más que envidia de alguien que no ha conseguido crearse una comunidad de seguidores a su alrededor». Mi única envidia hacia este perfil de persona es su capacidad de networking. La habilidad de crear una agenda de contactos amplia y saber moverse en estos ámbitos.

Yo quiero pensar que, de tener esta capacidad, la dirigiría hacia otros menesteres. «En cuanto le inviten a un evento o a un viaje se callará la boca y pondrá alabanzas a la marca de turno en Twitter mientras sube unas fotos a Instagram». No creo. Si me invitan a algo y me gusta lo diré. En cualquier caso, prefiero hablar -y hablo mucho- de las cosas que valoro y por las que pago.

¿Y entonces por qué cojones estoy escribiendo esto?
Por las marcas. Las marcas siguen pagando estas fiestas y muchas no llegan a darse cuenta que pueden hacerlo mucho mejor. Estamos ante una máquina de generar contenidos y masacrar la Red. Porque, en realidad, más que de impactos hablaría de masacres. El día que sigues a cuatros influencers que comparten blogtrip puedes ver tu Twitter convertido en un monográfico que te predispone a atentar contra la sede central de la empresa que ha pagado los gintonics, más que a comprar sus productos o servicios.

También lo hago por los influencers, aunque sólo sea un poco. Porque hay algunos a los que tengo aprecio y no me cabe en la cabeza como dinamitan su credibilidad entrando en este juego. Es una pena ver cómo forman parte de esta mafia de los blogtrips en que algunos van alternando su papel de asistente y organizador mientras las empresas pagan la fiesta. Que oye, si la costean felices y están satisfechos con los resultados, por mi genial. Hay inversiones peores y aún menos eficientes que nadie pone en duda.

¿Meto a todos los blogtrips y eventos de este tipo en el mismo saco? Por desgracia, a la inmensa mayoría. Todos aquellos que conceptualizan sus acciones para generar contenido sin ton ni son y buscar de manera masiva esos impactos de los que he hablado. A todos aquellos que busquen a sus asistentes en base al Klout y los followers y no por autoridad y relevancia real.

Miles Davis fue invitado a la Casa Blanca durante el mandato de Ronald Reagan. En mitad de la recepción, Nancy Reagan le preguntó a este jodido genio qué había hecho para estar allí. «Bueno, he cambiado el rumbo de la música cinco o seis veces. ¿Qué has hecho tú además de follarte al Presidente?«, espetó Davis. ¿Por qué cuento esta historia que acabo de descubrir mientras veía Cachitos de Hierro y Cromo? Porque así veo yo a las marcas, pagando viajes y copas a las Nancys de las redes sociales.

Actualización
Según me apunta Fernando en los comentarios -mil gracias-, la cita de Miles Davis no es correcta. Y me fastidia sobremanera, porque era un final redondo. En Snopes podéis encontrar la historia tal y como sucedió. En cualquier caso, el encontronazo existió y el perfil de Nancy Reagan creo que sigue casando a la perfección con el de estos influencers.

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64 comentarios

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  2. Palabra por palabra, punto por punto,… 100% de acuerdo. Y efectivamente la marca no genera impacto real, es el influencer el que aprovecha para aumentar su ego porque, como bien dices, sus follovejas quieren ser como él.

    Un saludo.

    1. Es un pensamiento que tengo desde hace mucho tiempo y cuanto más lo comparto con gente más se confirma. Gracias por leer (mira que hay cosas más entretenidas que hacer en estas fechas :p).

    1. Gracias Celia. Creo que había que decirlo. Y no veas cómo me alegra que mucha más gente piense lo mismo.

  3. Lo has clavado. Incluso con que te dirán que tienes envidia porque a ti no te invitaron. Estás perdido si dijiste que te gustaría probarlo años atrás, cuando era una cosa incipiente y todavía no habías visto tanto patetismo. Porque no imaginaste que acabaría en eso, y que podrías hacer algo interesante, tipo documental de la PBS, algo crítico y útil. Pues no. Resulta que es Social Media al puro estilo Tele 5.

    Un ejemplo reciente (que estamos pagando los de las islas) con la historia de los HINPACTOS http://www.caib.es/govern/sac/fitxa.do?lang=es&codi=1644353&coduo=8

    1. Un gran comentario este, sin duda. No quiero hacer una lista concreta de los que lo hacen bien o mal, pero vamos, que no me extraña este…

      En fin. Luego nos dirán que son impactos de calidad que no entendemos…

    1. Entre Miles y yo creo que no hay duda alguna. Joder, es un maldito genio. Con que el texto no haya quedado mal, me basta. ¡Gracias!

  4. Hola Jesús

    Así como hace algún tiempo se creía que había valor un alto crecimiento del número de fans en Facebook para una marca (y por ende, agencias que compraban y vendían fans como mercadillo) cada vez que se «descubren»nuevas acciones de Social Media, comunicación, etc; se intenta encontrar la forma fácil de industrializarlo y replicarlo en otras marcas para generar, al final, ingresos para las agencias que promueven estas actividades.

    El principal problema no es la acción en sí. Desde mi punto de vista el invitar a bloggers a probar productos, viajes, experiencias… es una acción válida y que puede tener repercusión positiva para una marca. El problema es el concepto de Influencer que se tiene, y se basa en simplemente la notoriedad, como comentas en el post. Escribí hace algún tiempo en un artículo sobre la definición de Influencers (que es un tema que nos toca fuertemente en la empresa donde trabajo), donde detallo nuestro enfoque: un influencer no debe tener solo visibilidad, sino que también debe de tener autoridad sobre una temática. En este caso, si leo una opinión de un influencers especializado en viajes, con los puntos no solo positivos, sino también negativos (o menos positivos), ¿por qué no darle valor? Un Influencer debe tener la capacidad de generar una acción, sea dar más visibilidad (RTs, enlaces, otros artículos) o generando interés de compra o compras en sí. Sin ganas de spammear, te dejo el enlace del artículo por si te interesa leerlo: http://www.augure.com/es/blog/influencer-marketing-definicion-influyentes-20130523.

    En conclusión, creo que este tipo de acciones caen por su propio peso, pero en un futuro llegarán otro tipo de barbaridades. Eso seguro! 🙂

    Saludos y buen inicio de semana!

    Ivo

  5. Muy de acuerdo con el post, aunque, por hacer un poco de abogado del diablo, mencionaría una excepción de blogtrips que sí tienen sentido (y que es para lo que se inventaron): Los blogtrips de viajes. Creo que si quieres promocionar un determinado destino turístico, tiene mucho sentido que invites a bloggers a conocerlo para hablar de él. Lógicamente, en este caso lo suyo es invitar a bloggers (y periodistas si procede) especializados en viajes. De hecho, en un primer momento los blogtrips se inventaron para eso.

    En este caso las cosas cuadran: Generar contenido cualificado sobre el producto (el destino en sí), creado por personas especialistas (bloggers de viajes) y dirigido a una audiencia segmentada e interesada en el tema (los lectores de blogs de viajes).

    Exportar este tipo de táctica (blogtrip) fuera del entorno informativo de los viajes y el turismo, me parece tan estúpido como intentar exportar los talleres de cupcakes con bloggers de cocina de una marca de alimentación, a otro entorno que no tiene nada que ver como el de la tecnología.

    Por lo demás, en general está pasando mucho esto que comentas, no sólo en los blogtrips sino en todo tipo de eventos: Se invita a gente que tiene muchos followers pero no tiene una capacidad de prescripción en nada concreto, ya que no son medios, ni están especializados en nada, son tuiteros con muchos seguidores y punto.

    enhorabuena por el post 😉

    1. Por bloggers de viajes ¿te refieres a gente que nunca es crítico con los servicios del destino porque le invitaron y quiere que le sigan invitando? Que no cobra, se conforma con los gastos pagados en establecimientos de lujo que no pueden pagar la mayoría de sus seguidores. Que por eso y porque no es creíble tanto halago, sólo le siguen otros bloggers de viajes y aspirantes. Que a base de intercambiar favores entre bloggers de viajes hicieron un grupito, aprendieron SEO y venden posicionamiento al destino. Que tampoco les funciona porque Google no es tonto y huele intereses. Exactamente lo mismo que los seguidores, numerosos pero indiferentes con sus historias.

      1. Muy de acuerdo con la mayoría de tus puntos Paco. Yo no me ciño a blogger de viajes. Me refiero a todos aquellos cuyo timeline está más dedicado a promocionar marcas que a otra cosa.

        Gracias por tu participación.

    2. Hola Hayduca,

      Para mi, los blogtrips turísticos son válidos siempre que no sigan los preceptos que critico. Es interesante generar contenido cualificado como comentas. El problema es que no todo lo que se genera en estos eventos es contenido cualificado.

      Ya te digo, no es contra la temática, es más contra la naturaleza de estos eventos, tal y como comentas al final.

      Un saludo

  6. Completamente de acuerdo Jesús. Además, esta es una manera de dinamitar el trabajo que hacen aquellos que realmente invierten tiempo, esfuerzo y dinero en crear una reputación y especialización en temas que se llegan a banalizar en determinadas acciones de marcas. Un saludo

    1. Para mi, es un punto esencial. Los que dicen que es por envidia me conocen poco. Lo que si me importa es conseguir un sector más transparente y fuerte (que termine ejerciendo un efecto positivo en todos).

      Gracias por tu atención

  7. Casi me hago pis encima. Joder, así se empieza una semana, sí señor. Muchas gracias por decirlo!!!
    Por cierto, creo que esto te gustará bastante, no sé si lo habrás leído: http://liberadalkraken.com/el-kraken/social-proxeneting
    Gracias, gracias, gracias y más gracias y todavía más gracias, especialmente por la mención a aquellos que están a ambos lados: ¿cómo se puede trabajar en una agencia, ser un influencer… y no estar loco (que diría Machín)?

    1. Hombre, gracias a ti por comentar. Sí, ese perfil que lo mismo invita que es invitado a mi me inquieta. Ese post lo tengo pendiente, que hoy me lo han comentado. Pinta bien. Gracias de nuevo a ti por pasarte por aquí.

  8. Joder, se me han saltado las lágrimas…¿cómo has hecho para sacarme de la mente mis ideas y pensamientos?…
    Yo sólo he hecho un blogtrip y repetiría en caso de invitarme, pero se que lo que dices es cierto. También he rechazado otro al que fui invitado por diversos motivos.
    Pienso que el principal problema es que hay 30 ó 40 bloggers (o menos incluso) que se reparten la mayoría de blogtrips (no se lo reparten ellos, se los adjudican a ellos) y en la blogesfera española hay muchos más, y mucho más diversos.
    Yo, en caso de ser el encargado de turismo de algún lugar elegiría diferentes tipos de bloggers para llegar a diferentes tipos de viajeros, por ejemplo, una pareja, un single, un homosexual, una familia, un jubilado, etc. Seguro que comparten followers, pero no la mayoría de ellos. Actualmente, los 5 ó 10 bloggers que invitan comparten más del 50% de los seguidores, con lo que pasa lo que tu dices, MASACRE.
    De todos modos el que paga hace lo que quiere con su dinero.
    Enhorabuena por el post.

  9. Todo esto sin mencionar la parte legal y la falta de profesionalidad.
    Todos estos bloggers-trippers-influencers «cobran» su trabajo en especie, es decir, viajan de gorra para tuitear que están en barajas de ida o de vuelta y para hacer fotos de los platos que se comen entre la ida y la vuelta. No cobran nada más, porque normalmente tienen otro trabajo que les permite el lujo de hacer este trabajo sin cobrar un sueldo. Vuelvo a decirlo de otra manera, por si no está claro, tienen otro trabajo que les permite no tener que exigir un sueldo por lo que hacen. Así que aquí está una de las causas de la falta de profesionalidad. Si no les pagan ¿quién les puede exigir ciertos niveles de calidad? Si no les pagan ¿porque van a darle trabajo a un blogger-fotógrafo-influencer profesional? Podrás decir, mira este, sabe demasiado. Puede ser, he hecho viajes carísimos por la cara por los que no he cobrado un duro de sueldo. Pero claro, no tengo otro trabajo detrás que me respalde, lo cual me pone de muy mala leche cuando veo que gente que es muy «legal» (y alguno muy de izquierdas) tiene un trabajo A y otro trabajo B. Gente que, por cierto, hace unas fotos que comparadas con las mías, parecen hechas por Stephen Hawking bajando una cuesta abajo.

    Saludines.

    PD. De como declararán las OT y las Agencias Intermediarias los pagos en especie, hablaremos otro día.

  10. Hola, soy Carlos Rebato, una de las personas que estuvo en el viaje a Benasque que, por lo que intuyo, ha supuesto la gota que colma el vaso y el detonador de lo arriba expuesto. Me gustaría dar mi visión desde dentro de lo que realmente ha ocurrido el fin de semana y matizar algunas cosas de tu post que en general me parece que dice verdades como puños pero que contiene también algunas conclusiones erróneas.

    En el mail que a mí me llegó el objetivo del viaje era, por parte de Microsoft (que lo único que pagó fueron los billetes de AVE) elaborar *una guía de Benasque* desde un punto de vista tecnológico utilizando los productos de la compañía. Por parte de Benasque que conociésemos la zona. Me gusta mucho la tecnología y me encantan los Pirineos porque pasé todos los veranos hasta los 18 años en la Noguera Ribagorzana (el valle contiguo a Benasque) así que por mi parte no hubo nada «turbio» en ese proceso. Y no creo, hasta aquí, que haya ningún problema con esto. El objetivo no era generar impresiones en Twitter mediante influencers a lo bruto (aunque se conviertiese exactamente en eso) era elaborar una guía juntando dos conceptos como Benasque y Microsoft. Simplemente. Lo apunta Ivo Campos más arriba y lo apunta Hayduca, con la que suscribo 100%, invitar a un viaje a bloggers no es, per se, algo negativo.

    El problema: el problema es, como dices en parte, la gente que se invita al evento. Se invitó a gente relacionada con la tecnología (bien), se invitó a gente relacionada con los viajes (bien) y se invitó a influencers que, después de años y años dando la matraca en eventos y viajes varios, han distorsionado la imagen de todo lo que tocan. Microsoft nos trató de manera respetuosa y lo que se me prometió desde un principio fue lo que yo vi más tarde. Pero lo que los influencers consiguieron (y mi punto con todo esto) es transformar un proyecto con una intención legítima e inocente en una especie de «Microsoft paga a bloggers» o «Microsoft lleva gratis (peligrosa la palabra) a bloggers para que hablen bien» que ni es cierto (porque no lo pagó) ni era, bajo ningún concepto, su intención. Y la amplia mayoría de las personas que fuimos estamos muy muy lejos de ser algo parecido a un influencer (Dios me libre).

    Lo que me jode: lo que me jode es que yo en Benasque descubrí a un montón de gente encantadora y trabajadora, el tipo de gente que levanta de la nada un sitio increíble en unos pocos años (como Llanos del Hospital) y lo compagina con un archivo histórico o el tipo de gente que se lanza a emprender y crea un hotelito super acogedor a base de trabajo y sudor (como La Casa del Río). El tipo de gente humilde y trabajadora que te deja de piedra. Que se lo curra. Nada de eso, nada de lo increíble que son estas personas, ha pasado más allá del «Microsoft lleva a gente», ESO es lo que me revienta ¿Por qué? Por spammear a lo bruto en redes sociales y por llevar a influencers que están tan manchados y han hinchado tantas pelotas ya que todo lo que tocan lo convierten en mierda. Tal cual.

    Mi conclusión: En base a lo que planteas en el post, hay un problema con lo que fue ese viaje *realmente* y lo que se percibió. Jesús, tampoco creo que haya nada malo, como también te indican más arriba, en llevar a bloggers a un viaje siempre y cuando sean influyentes (pero influyentes de verdad) y versados en la materia, en este caso viajes y tecnología. Es positivo para todos y se «descubre» algo tan bueno y noble como el trabajo de esta gente.

    Si tú te has quedado a gusto escribiendo esto, imagínate yo, porque lo llevo años (años) viendo esto desde fuera y esta vez me ha salpicado directamente a mí. Las reacciones de dichos influencers a lo largo de hoy han ido desde entrar en pánico a empezar a hacer block y unfollow a lo bruto a todo aquel que compartía esto. Y me espero de hecho alguna reacción similar hacia mí ¿Por qué? Porque poco a poco se les acaba el chiringo. Si alguna marca me lee, de verdad, por favor, JAMAS invitéis a un influencer. Pero jamás. Sé que es complicado, ilógico para muchos incluso, sé que es fácil caer en la falacia de que invitándolos se llega a más gente, pero por un lado eso es demoledoramente incorrecto (se explica en el post) y al final, con lo que ha dado de sí la cuerda, acabas cubriéndote de mierda en lugar de gloria. Llevo leyendo comentarios negativos sobre el viaje todo el día (por eso me jode y por eso estoy escribiendo esto), no creo que sea la maniobra más inteligente para Microsoft.

    Yo no quiero cubrirme las espaldas, ni levantar el dedo hacia nadie, ni siquiera atacarlos. Sólo quiero ratificar lo que se dice en el post: invitar a un influencer no sale a cuenta y explicar, en este caso concreto, que los ataques hacia Microsoft y hacia la gente de Turismo de Benasque están completamente injustificados.

    – La gente que al ver los tweets escribió inmediatamente a Microsoft con un «oye por qué no me lleváis a mí??» > Qué pena, de verdad.

    – Los aludidos > No es personal. Pero ya está bien.

    – Las marcas > Olvidad a este gente. Por favor.

    Mil gracias.

    1. Hola Carlos,

      Ante todo, una aclaración. Sin duda, el viaje de Benasque ha supuesto una gota (aunque no la definitiva) por escribir este post. Pero es un tema que vengo comentando mucho tiempo en Twitter. No conozco el viaje al dedillo (ni sus componentes ni sus objetivos), por lo que no entraré a criticarlo en concreto. No dudo de tus buenas intenciones en ese viaje (ni del valor que la marca haya sacado de ello).

      Entiendo tu reflexión entre a lo que ensucian los influencers eventos de este tipo. Vale que lo que se vio y vivió no es lo que vimos lo que no estabamos allí. Pero una marca, cuando organiza algo así, debe saber que lo importante no es lo que viven los 10 que están allí, sino lo que estos transmiten. Y vuelvo a remarcarlo, me da igual lo que allí se hiciese en concreto (aunque comparto tu fastidio).

      En cualquier caso, creo que das una visión completa y muy interesante desde dentro. Ojalá más gente hablase así de sus experiencias en este tipo de viajes y las empresas supiesen calibrar mucho mejor a la hora de hacerlos (buscando algo más que la simple masacre de contenidos que esconde valores interesantes como los que dejas en tu comentarios pero que en redes no nos llegó).

      De nuevo, gracias por leerlo de manera completa y comentarlo libremente. Con gente como tú, abierta a comentar estas cosas, y no los que se limitan a bloquear lo que no les gusta, se pueden mejorar mucho las cosas. De verdad, aprecio mucho tu comentario.

      Un abrazo

  11. Hola Jesús,

    no tengo problemas en sentir que soy el único que piensa algo sobre un tema en contra del criterio de la mayoría. El único que cree que tal o cual cosa es genial o que es una verdadera estupidez. Hace tiempo que comparto con aquél que quiere oírlo lo que pienso de la histeria que se ha creado en torno a personas muy activas en redes sociales y con poco fondo. Y me siento muy feliz de ver que ya somos unos cuantos.

    He trabajado muchos años en editoriales técnicas (casi siempre con productos impresos) y ahora formo parte de un nuevo proyecto online que verá la luz muy pronto. Desde mi experiencia de casi 20 años en el «lado oscuro», el del papel, puedo decir que muchos de los blogueros que he conocido son gente maja, y que incluso algunos tenían algo que decir, pero que había mucho ruido, muchísimo, y muy poco contenido de calidad en la mayoría. Lógico, lo hacían a ratos y sin esperar gran cosa a cambio. Esperar grandes resultados de esta ecuación es ilusorio cuando menos.

    Quiero destacar que he conocido a algunos periodistas o, con más propiedad, especialistas en lo suyo, muy buenos. Gente que ha transitado por varias publicaciones impresas en calidad de asalariado o colaborador y que ahora tienen un medio online propio o colaboran en medios online. Porque se abren muchos medios online y prácticamente ninguno de papel. Así está la cosa. Y estos especialistas son referentes en conocimientos, en criterio y en calidad profesional y humana. Claro que existen. Pero, como pasaba en el papel, no son todos buenos. La verdad es que en el mundo online la proporción está mucho más desequilibrada. Hay muy pocos buenos. Y, no nos engañemos, es fácil saber quiénes son. Son los que saben de lo que hablan, que tienen criterio y opinión argumentada y en la presentación se centran en el producto y no en hacerse fotos para Instagram. Y, bueno, cuando llega el turno de hacer preguntas queda muy claro quién está allí para trabajar y quién no.

    Los que están allí haciendo bulto son los que, a mi, me sobran en las ruedas de prensa y los viajes. Pero, claro, quien se gasta el dinero son las marcas que creen que con ello llegan a algún sitio. Yo creo que sólo están alimentando estos pequeños grandes egos y tirando el dinero en hacer ruido. Y lo que falta en la Red ahora es criterio y lo que sobra es ruido. Allá ellos. Los que intentan deslumbrar y los que se dejan deslumbrar. Acabarán por ver lo equivocados que están.

    Los que organizan «saraos» querían relevancia, y muchos blogueros se la han dado. Al menos la que podían darles. Estos blogueros se han dejado tentar por las «cosas bonitas» que les gustaban de la profesión de periodista: viajes, atención, productos de prueba, etc.

    Pero los que se han equivocado de medio a medio son las empresas y las agencias de comunicación que han echado verdadera gasolina sobre la pequeña cerilla encendida de gente que no son comunicadores. Y que conste que yo, que soy el primero que no es periodista de formación, creo que para ser informador o comunicador no es necesario un título académico. Creo, eso sí, que lo fundamental es tener algo que contar, tener criterio, experiencia práctica y, claro que sí, formación. Y leer. Leer mucho y ser curioso es básico. Esta es mi receta y, como es evidente, no es a la que se ajustan la mayoría de «social-bloggers».

    Muchas gracias Jesús por definirlo con tanta claridad. Me has animado a aportar mi granito de area. He llegado por la recomendación de una amiga pero, desde hoy, te seguiré con mucho interés.

    1. Gracias Marcos por tu comentario, hay mucha verdad en tus palabras (y perspectiva). No escribo mucho, pero espero aportarte algo.

      Un saludo

  12. Hola Jesús, Llevo 4 años con un blog de viajes. Este año, sin hacer ningún tipo de labor comercial y por primera vez, me han invitado a 6 blogtrips de viajes. He decidido ir a 4. No me considero un influenciador, ni tengo números para serlo. No pertenezco a ningún grupo, ni le debo favores a nadie. Nunca he cobrado nada ni tengo publicidad en mi blog.

    Pero me llaman, les gusta mi página, nunca me exigen nada ni me revisan un solo post. Intento centrarme en lo que veo y contar lo que me interesa. Las oficinas de turismo con las que he colaborado, están satisfechas con el resultado, yo también y la gente que me sigue sabe perfectamente, porque lo dejo claro en todas las menciones y en los posts, que todo el material que genero proviene de un blogtrip.

    En este caso ¿Cuál es el problema?. A mi me genera nuevas experiencias para contar, que es de lo que se nutre mi blog, y yo no engaño a nadie, cuento lo que veo y hablo de lo que quiero, sea bueno o malo. Además, en mi caso, no llega ni a un 5% del contenido de la página.

    Desconozco como funcionan el resto de blogtrips, (tecnológicos, gastronómicos)… Pero yo creo que tal y como están las cosas sin una relación win-win, en el tema viajes no se realizaría.Me imagino que detrás de las marcas habrá gente que exija resultados y si no es así pues mal van…

    En fin, tampoco quiero discutir con nadie, simplemente contarte mi experiencia.

    1. Hola Alfonso,

      Tu intervención me parece genial. Creo que no he debido explicarme muy bien. En función a lo que cuentas, no entiendo por qué te has dado por aludido -y le ha pasado a algún otro, lo que refuerza mi teoría de la mala explicación-. Mi lucha no es contra los blogtrips en sí, como cuento al final. Estoy contra de los blogtrips y los eventos comerciales mal planteados -que, por desgracia, son muchos-.

      No veo lógico hacer viajes con el único propósito de generar contenido masivo y spamear. Que sí, que está el botón de unfollow, pero el spameo sigue estando. No veo lógico tirar de un grupo tan pequeño de usuarios de manera recurrente y cuyas opiniones son poco creíbles puesto que todo el día están en eventos pagados. Que sí, tienen muchos followers y la marca alcanza la notoriedad, pero en muchos casos, más que generar deseos de compra, crean monstruos -ver https://twitter.com/jesusgordillo/status/412626885781110785-.

      Lo dicho, no conozco tu caso concreto y no he realizado un estudio del total de los blogstrips realizados en España en el último año para escribir esto, pero puede haber casos en que tengan un cierto sentido.

      Un saludo y gracias por comentar

  13. De este artículo o, mejor dicho, de las reacciones que ha tenido en Twitter saco varias conclusiones. La primera, que las personas aburridas del fenómeno influencer son muchas, muchísimas. La segunda, que había ganas de un post así para atizar palos. Por parte de algunos, los mismos que hace una semana o un mes y por la de otros, los que no se han atrevido a dar cuando no era popular.

    En mi opinión, personas influyentes cuyas opiniones son tenidas en cuenta por las masas o en su entorno, existen, han existido y existirán siempre. Cuando quiero comprar algo, consulto a personas de mi entorno (real o virtual) que sé que son expertos en la materia. Yo también tengo cierta influencia sobre mi familia, mis amigos, mis vecinos y, poca o mucha, sobre quienes leen lo que escribo. Hasta ahí llego. Pasado ese punto, me parece que se confunde la influencia con la hipnosis. El influyente casi parece un flautista de Hamelin, seguido por hordas de compradores que acudirán en masa a por el producto recomendado en un tweet.

    Y, no. No es eso. Supongo que en el mundo de la moda llevar las gafas de sol de Pilar Rubio y el nuevo peinado de Sergio Ramos tienen tirón, pero en la inmensa mayoría de sectores eso no sucede. Yo quiero hacer fotos como las de mi fotógrafo favorito, pero con un equipo que cuesta la décima parte y, además, de una marca diferente. O cocinar un plato inspirado en el de un famoso chef, sustituyendo el caviar Beluga «perla negra» por algo al alcance de mi bolsillo. Los humanos que circulamos pisando el suelo somos así de prosaicos. Nos fijamos en detalles terrenales como el precio, el tamaño de la plaza de garaje o el sistema operativo de un equipo. Y terminamos comprando unas gafas casi como las de Pilar Rubio en el mercadillo, o haciéndonos un peinado casi como el de Ramos en la peluquería del barrio.

    Elegimos. Y un personaje influyente puede hacer que consideremos opciones que no habíamos considerado, bien porque no conocíamos el producto, bien porque no sabíamos que se parece a lo que necesitamos. Si el producto que estás publicitando a través de esos personajes ya lo he descartado, me sobra toda esa parafernalia. Es influencia, no hipnosis.

    Si, además, lo anuncia alguien a quien empecé a seguir por sus comentarios sobre música y que me quiere vender lavadoras, gaseosa, un pelapatatas eléctrico y una pomada contra las hemorroides, la poca o mucha influencia del todólogo sobrevenido desaparece en medio de un trailer de la teletienda en que quieren convertir Twitter.

    Y no, yo no voy a dar palos a los influencer «profesionales». Entiendo que es fácil dejarse arrastrar a una maratón de gin-tonics, jamón del bueno, viajes y otros regalos. ¡Y todo por ser popular en Twitter! Seguro que más de uno ha perdido el norte y se ha sentido el rey del mundo. Seguro, también, que algunos de los que ahora critican estarán esperando a que les hagan un hueco en la élite blogtripera.

    Los que creo, sinceramente, que han perdido el contacto con la realidad, son algunos fabricantes que centran su estrategia de comunicación en estos hombres y mujeres anuncio, con más marcas cosidas a la vestimenta que Fernando Alonso. No digo que no haya que invitar a las presentaciones, junto a prensa y blogs (sea cual sea la diferencia), a estos personajes. Pero no midiendo unos impactos potenciales completamente exagerados. En Twitter sigo a muchos influencer a los que no leo un tweet desde hace meses porque selecciono los temas sobre los que quiero leer. Además, la segmentación de la audiencia de las cuentas de Twitter es escasa. Así, a ojo, podría decir que los casi 40 millones de seguidores de Lady Gaga son una pésima audiencia para Gucci y los 350.000 de Alex de la Iglesia una gran audiencia para un ciclo de Tarantino en un canal de TV. De un tipo que tiene 10.000 followers gracias a su web sobre papiroflexia, vaya usted a saber si le siguen clientes potenciales de Mercadona o de 5 Jotas.

    Más allá de los fríos números, hay analizar quiénes son esos personajes influyentes y a quién podrían influir. Para una compañía de seguros es más útil llegar a 20.000 personas mediante un twittero que escribe sobre coches de alta gama que a 2 millones a través de una experta en fútbol, un pope del Instagram y al autor de la crónica taurina del periódico local de Bariloche. Es decir, que la calidad sigue estando por encima de la cantidad y que en algo cuyo ROI es difícil de cuantificar en euros, conviene aplicar ciertas normas lógicas como contar con los influyentes de referencia en tu sector, aunque la campaña de la semana pasada convocase a personajes con el doble de seguidores.

    De todas formas, las marcas son muy libres de gastar su dinero dónde y como quieran. Pero me da que esta fiebre por el quarterback del equipo de la high school terminará en algo más racional en donde no sólo se sumen cuentas de followers y rankings de Klout, sino que se preste atención a parámetros como los temas de los que twittea esa cuenta y, sobre todo, si el personaje se limita a hablar desde su púlpito o interactúa con todos esos followers que tanto le ha costado ganarse. Esa es la gracia y el poder de Twitter. Esta en los followers, no en el followed.

    1. Muy trabajado tu comentario Andrés y con muchos argumentos interesantes. Gracias por haberte pasado por aquí.

    1. Fernando mil gracias por tu comentario. Lo vi en el programa y lo cierto es que no lo contrasté. Voy a poner una nota aclaratoria.

      1. Qué pena que sea un fake, porque la verdad es que la respuesta era de traca.
        Siguiendo el hilo de los comentarios, creo que ya tienes para media tesis sobre blogtripers y marcas, la verdad es que da gusto poder leer argumentaciones educadas y bien desarrolladas.
        Un saludo

        1. ¡No sabes la rabia que me ha dado! Al final, si lees la historia original, aunque no es tan potente, sigue una lógica similar. Pero, tal cual, era tan buena…

          Lo de los comentarios me ha sorprendido (yo ya no comento casi nunca, la verdad). Especialmente me gusta eso, que hay gente con un punto de vista muy diferente al mío y se ha podido hablar con ellos y llegar a términos medios. No creo que todos los blogtrips y eventos comerciales estén cortados por este mismo patrón, aunque sí la mayoría. Se puede hacer mejor (y hay casos en que así ha sido).

          Un saludo

    1. Lo que más me ha gustado de todo lo que ha supuesto el post ha sido ver la de gente que opina lo mismo. Gracias por el apoyo.

  14. Buenísimo artículo y enriquecedores comentarios. Olé! Me invitan a eventos, a viajes, a restaurantes… y no puedo estar más de acuerdo contigo.

    1. Da gusto que, después de un post así, reciba algunos comentarios tan completos y abordando otros aspectos del tema como he recibido, sí.

  15. Jesús, ya te lo dije por Twitter, no puedo estar más de acuerdo con tu post, es brillante, hilarante y sobre todo dice verdades como puños, cosas que muchos llevamos tiempo pensando y que hasta ahora no nos atrevíamos a decir. ¿Porqué? Quizá por cobardía, no se.

    Yo sigo en las redes a varios de los «influencers» (y lo pongo entre comillas) que suelen ir a todos estos saraos y después de unos cuantos fines de semanas con el timeline de Twitter o Instagram lleno de fotos y por qué no decirlo, envidia, dejé de seguirlos a casi todos; no dejé de seguir a todos en todas las redes porque sí que hay algunos que aportan información y contenido muy útil, pero la gran mayoría lo que provocan, como bien dices en tu post, es una envidia irrefrenable a querer ser como ellos y no a «comprar» el producto que están promocionando. Con la frase «Mamá, quiero ser influencer» lo has clavado! Yo añadiría la frase, «Yo no soy influencer, ni lo quiero ser»…

    Entiendo perfectamente a una marca que quiere hacer algo llamativo para el lanzamiento de sus productos y «utiliza» a gente con tantos seguidores, pero estoy totalmente de acuerdo en que los más perjudicados son las marcas, ya que como dices después de ver 50 fotos similares, lo que más provoca en mí es un rechazo al producto y no ganas de comprarlo.

    Chapeaú por tu post y a seguir escribiendo tan bien!

    1. Gracias por la parte que me toca Mario. ¿Por qué no se ha comentado antes? No creo que sea cobardía (al menos, como único elemento). Al final, como me ha pasado a mi desde hace tanto, terminas pensando que para qué te vas a meter en una guerra así que ni te va ni te viene. En otros casos, es coherencia y sentido común, puesto que por tu posición en el sector no debes meterte en el fango así. Al final, un día te sale de dentro y no puedes parar hasta publicarlo y me ha tocado a mi. En cualquier caso, hay ya muchos posts sobre estos temas (algunos, hasta mejores que el mío).

  16. Buenas! Soy Txaumes, conocido también como ‘El Kraken’ y quizá, por algunos, como el cabronazo que tiró la primera piedra contra el mundo influencer. Antes de nada, enhorabuena por el post, Jesús! Me hubiera gustado escribirlo a mí. Muy de acuerdo también con los matices de Hayduca, y especialmente con el de Carlos Rebato.

    Probablemente más de uno me acuse de hater y de radical contra los influencers. En realidad no lo soy. Para mi esto de los influencers (y así lo intenté plasmar cuando escribí aquel post, que enlazan aquí arriba) es sólo un síntoma de una enfermedad del mundo de la comunicación empresarial causada por un cáncer llamado ‘márketing mal entendido’, y por la, a mi juicio, desmesurada importancia que se le concede a las redes sociales como medio de comunicación. Las redes sociales son solo un canal más, muy bueno, sí, muy rápido, pero también muy peligroso si el emisor o el mensaje no son los adecuados, y en este caso concreto, en lo que a los influencers se refiere, no lo era.

    Debo confesar que estoy muy cansado de todo esto. De la distorsión de las redes sociales, del chupapollismo 2.0, de usuarios que opinan como periodistas, y periodistas que opinan como científicos, de insufribles premios Nobel de Sofá, de divas digitales, de clubes de gente muy aburrida que se creen jurados, jueces y verdugos de toda la prensa online, y de profesionales que, de la noche a la mañana, se piensan que todos, marcas y periodistas, debemos ser superamigos de toda la vida sólo porque hablamos en ese mismo campo de distorsión brutal llamado Twitter. Quizá algún día, cuando se me pase la arrechera, que dicen en Venezuela, escriba sobre todo ello. No os doy más la tabarra. Simplemente me ha encantado leeros a todos.

    1. Carlos tengo pendiente tu post, que pinta bastante bien. Gracias por tus comentarios. Estoy contigo en todo (especialmente en el tema de los matices de Carlos Rebato y Hayduca).

      Un saludo

  17. Como influencer «palabra que en Argentina no existe» somos INFLUENCIADORES (Qué término que poco tiene que ver con la realidad» como Blogger de Viajes que ya ha participado en varios BLOGTRIPS quisiera aportar y agregar algo, pero en el 90 % de lo que dices estoy de acuerdo aunque parezca atentar a mi trabajo.

    ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO con lo de MASACRE, yo no tengo muchos seguidores en Twitter pero tengo más de 13.000 en fbk y en mi caso tengo algo de foco ya que yo viajo en familia, los destinos comenzaron a invitarme luego de que POR PASION Y GUSTO A COMPARTIR durante 5 años escribí mi blog con viajes en familia por 14 países de America,

    CREO QUE TODO DEPENDE DEL BLOGGER INVITADO, raramente van a ver una foto mia de tomando una cerveza o ante un plato de comida en un restaurant de lujo, de los hoteles tengo que hablar pero lo hago poco, como dices, muchas veces el hotel no lo pueden pagar la mayoría de mis seguidores, ni siquiera yo de no ser por invitacion. ESTE POST es un buen post para alertar a los bloggers influenciadores a no abusar de ése dia a día minuto a minuto que poco interesa.

    PERO SI ES BUENO PARA UN DESTINO y para una SECRETARIA DE TURISMO porque yo descubro lugares nuevos, excursiones nuevas incluso en lugares ya visitados pero que no conocía de viajes anteriores y así la información de destinos se complementan y muchos seguidores míos o usuarios que googlean encuentran mapas, fotos o información de cómo llegar o que hacer en un destino, yo respondo las consultas de ésos usuarios y así el destino gana turistas y el turista o lector usuario obtiene información.

    Si ahora a éste post lo lee por arriba alguien de turismo podrá decir BASTA DE BLOGTRIPS y yo creo que un blogtrip bien organizado, con la selección de bloggers adecuados puede hacer un gran trabajo. YO PERTENEZCO a una asociación de bloggers y acabamos de llegar 5 de un blogtrip y nos hemos dividido los temas a tratar, todos vimos lo mismo pero vamos a hablar de cosas diferentes y de enfoques diferentes, creo que hacemos las cosas muy seriamente y no es que sean malos los blogtrips, lo que son malos son algunos bloggers, sobre todo los más nuevos o más jóvenes pero no por malos, sinó por inexperientes, un jóven de 20 años que viaja por hoteles 5 estrellas no sirve de mucho, probablemente no ha comparado mcuhos de ellos pues no ha estado, nunca los ha pagado y como está gratis no va a protestar de nada que era para recalcar, sinó tiene hijos no sabe mirar que tan bueno es el lugar para ir con niños, sinó tiene padres viejos y enfermos no sabrá mirar como es la accesibilidad para personas de capacidades reducidas. INSISTO PARA TERMINAR, LOS BLOGTRIPS no son malos, son una variante de los Presstrips, sólo que muchas veces mal ejecutados por los reclutadores y por la falta de profesionalismo de algunos VENDE HUMO como nos gusta llamar a mi y a amigos a ésos bloggers que salen al ruedo cual banda pop de teenagers y luego de embarrar la cancha desaperecen de la misma forma que han llegado. Saludos, es muy buen post y al que le moleste es porque ESTA HACIENDO HUMO !!!

  18. Creo que habría que empezar a dar detalles de estas cosas. En los comentarios alguno que fue al evento de Benasque Microsoft se ha identificado. Para el que quiera saber de primera mano los tuits y el hashtag es #BenasquebyMicrosoft. Ahí se ve quien fue, que es lo que dijo y cada uno podrá sacar sus propias conclusiones. Que casualidad que algunos de los que fueron a Benasque, fueron también a Nueva York nada menos y a otros sitios. A cualquier persona que viaje, lo primero que le diria,es que no se deje aconsejar por los consejos de estos trips subvencionados. No se puede ser igual de objetivo una persona anónima que va a un restaurante u hotel, ni el establecimiento se comporta igual, que cuando sabe que «está grabado».
    De todas formas la mayoría de estos blogtrips, para el follower casual, solo va leer, #el nokia lumia esta de puta madre aunque soy de apple 100% y jamas me compraría nada de microsoft en moviles, , #estoy comiendo de puta madre un pescado que no como en mi casa, #estoy bebiendo un gran reserva aunque no sepa diferenciar un pinot de un savignon. No se que tipo de influencia puede generar este tipo de tuits. Vale la marca recibe notoriedad y audiencia, pero excepto marcas como Microsoft que no necesitan de estas campañas para hacerse nombre, las marcas más pequeñas, hoteles,etc, es el día a día lo que les sirve. Incluso si entras en tripadvisor y te fijas un poco, diferencias las trolleadas de la competencia, o de personas que porque se les mete una mosca en la habitación, ponen comentarios negativos.
    Saludos.

    1. Hola Ernesto,

      En primer lugar, yo en mi post no he querido hablar de casos concretos y de personas porque me parece que sólo iba a generar luchas individuales con las que se desgasta uno más que consigue. Además, analizando un caso concreto puede que estemos obviando algún detalle que nos haga equivocarnos en el juicio. En cualquier caso, ahí quedan tus indicaciones.

      De tu comentario me quedo especialmente con tu reflexión del comportamiento de la persona y cómo le condiciona el «estar siendo grabado». Es una crítica aún más allá de mi post, contra la definición de blogtrip en sí, y con la que estoy muy de acuerdo. La libertad que te da el pagar no hay blogtrip que la compense.

      ¡Gracias por participar!

  19. Aquí lo que compartí al respecto en FB. Pues yo no he ido a un blogtrip jamás pero sí leo a mis colegas que van mucho o poco, según sea el caso. Opino que para qué complicarse tanto. Que no te gusta que llenen tu TL con tuits del blogtrip tal, pues existe el unfollow. En redes sociales, así como en internet, lees y sigues lo que quieres y ya!. Y que si la marca quiere invitar a 5, 10 ó 100 blogueros, pues es asunto de ellos; igual pagan millonadas por un anuncio en TV y especaculares que tampoco tienen el impacto que dicen tener. Vamos, que todos estamos aprendiendo, los blogueros, los tuiteros y las marcas… esto de las Redes Sociales es de prueba y error, no hagan corajes y dejen que cada quién haga lo que le venga en gana sin lincharlo.

    1. Hola @tipsdeviajero,

      La tuya es una de las principales críticas a mi post. En cualquier caso, me parece un poco pobre. Ok, sí, puedo desfollowear -y lo hago-. Pero el tema no es ese. No hablo sólo de que me moleste ver tweets. Hablo de una práctica que me parece que se hace mal en un sector en el que trabajo. Eso es lo importante. Por supuesto que cada uno puede hacer lo que quiera, ya lo dejo claro en mi blog. Ahora, creo que es criticable. Yo no considero que este post sea un linchamiento. Es una simple reflexión. No he ido contra nadie, no he hecho una comunicación de la misma en redes -sólo compartí el post una vez-, no he perseguido las opiniones de nadie… Se está criticando una forma de hacer las cosas, no se está ajusticiando a nadie. Quizás, el que tanta gente esté de acuerdo en algo no responde a un linchamiento, sino a que algo de razón lleva el razonamiento.

      Ya te digo. Que cada uno haga lo que quiera, pero llamemos a las cosas por su nombre.

      Gracias por compartir tu opinión. Creo que entre todos estamos llegando a conclusiones muy interesantes.

      Un saludo

  20. Lo peor no es que se publicite las marcas que representas como bloguer. Todos los famosos tambien representan marcas que no utilizan ni por asomo. Lo peor es que casi todos los que tienen un blog pretenden ser famosos, representar unas marcas y vivir de ello. El problema vendrá cuando las empresas se den cuenta que en el 90% no funciona.

  21. Jesus, me agrado tu post aunque no termino de cuadrar contigo en todo. Finalmente de eso se trata, que estas cosas generen debate y comentarios para enriquecer la cosa. No veamos al influencer como la panacea o el mesias que persuade a la compra de todo, sino más bien como un vehículo que lleva un mensaje a un grupo enorme de personas, dentro de las cuales también hay lideres de opinión y la dinamita y chispa de la viralización. No se trata tanto del influencer, sino de lo que el influencer posee. El trabajo de como sacar provecho de este recurso son los genios de marketing y las marcas. Ahi es adonde se separan los niños de los hombres. 🙂

    La televisión ha hecho lo mismo por años, crea programas y figuras que posteriormente usan las marcas para generar credibilidad e influir en la compra de millones. Oprah en Estados Unidos es una influencer de TV. Estoy segura que no sabe mucho sobre literatura o de cocina, pero basta con que recomiende un libro para hacerle Best Seller. Lo mismo sucede cuando recomieda un producto…al poco tiempo la gente esta consumiendo.

    Saludos,

    Alex

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